Clínica Corpus Sanus

La termoterapia o calor terapéutico puede ser aplicado por radiación, conducción o convección utilizando para ello diversos métodos, desde radiación infraroja hasta aplicaciones de parafina y puede ser aplicado a nivel superficial o a niveles de tejidos profundos.

La termoterapia es una valiosa herramienta terapéutica en numerosos procesos traumatológicos y reumáticos, siendo uno de sus efectos principales inmediatos, el alivio del dolor.

Indicaciones
Dolores reumáticos subagudos y crónicos.
Cólicos viscerales, como los nefríticos.
Para aumentar la eliminación de toxinas por ácido úrico (en hiperuricemia) aumentando la eliminación de orina.
Aparato locomotor: en contusiones musculares y articulares, artritis, artrosis, esguinces, mialgias, desgarros musculares...etc.
Sistema nervioso: en neuralgias, neuritis, contracturas y espasmos de origen central.
Aparato circulatorio: en enfermedades vasculares como la arterioesclerosis.
Aparato urogenital: en nefritis cistitis, litiasis.
Aparato digestivo: dolores gástricos, cólicos.
Aparato respiratorio: bronquiectasias, laringitis, pleuritis.
Enfermedades metabólicas como la obesidad.

Efectos terapéuticos de la termoterapia:

Efecto antinflamatorio pudiendo utilizarse en inflamaciones crónicas.
Efecto analgésico, se obtiene a los pocos minutos. (La intensidad de la analgesia depende del grado de temperatura, el tiempo de aplicación y de las condiciones del paciente).
Efecto antiespasmódico, actúa sobre los espasmos viscerales y las contracturas musculares.
Efecto revulsivo, la termoterapia intensa local puede producir un aumento de la circulación sanguínea.